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Los Sumerios

Mesopotamia y los hombres de los montículos

Los sumerios se establecieron hace unos seis mil años en Mesopotamia (que en griego significa “entre ríos”), una planicie ubicada en medio de los cauces del Tigris y el Éufrates, en la parte sur del territorio que hoy ocupa la ciudad de Bagdad. Esta región se extiende entre el Mediterráneo y el golfo Pérsico, en cuya franja estrecha se obtuvieron en tiempos pasados excelentes cosechas, y sus habitantes, en principio los sumerios, vivieron especialmente de la agricultura.
La zona específica en la que se establecieron los asentamientos humanos de los sumerios fue el oriente de Mesopotamia, cerca de las desembocaduras del Tigris y el Éufrates. Aquéllos llegaron desde la región montañosa ubicada al noroeste del valle de los ríos, y no pertenecían a las etnias semita ni indoeuropea. Desde un principio establecieron sus ciudades encima de inmensas plataformas cuya base alcanzaba varios cientos de metros, mientras que la altura era de cinco a 15.
Las casas de Sumeria estaban construidas con adobe y no era extraño que sucumbieran a la primera ventisca; ocurrido el desastre, nadie se esforzaba por recoger los escombros; por el contrario, sobre ellos se edificaban las nuevas habitaciones. Lo anterior ha servido de base a las investigaciones de los arqueólogos, ya que los montículos que se han descubierto han revelado buena parte de la historia sumeria.
En el año 3000 a.C. dominaron la escritura, en su particular estilo cuneiforme, en forma de cuñas. Como papel se empleaba la arcilla, y como tinta el punzón.Cada uno de los centros urbanos era un distrito agrícola en el que se cultivaban el trigo y la cebada, todo bajo el mando de un jefe-sacerdote.
Pese a la prosperidad que reinaba en este país, los sumerios no fueron un pueblo pacífico.
los sumerios salían siempre victoriosos de las contiendas armadas, pues manejaban el metal en la fabricación de armas y empleaban gran parte de su tiempo en el entrenamiento de las tropas.
Lo anterior obligaba a los semitas a atacar a partir del trueque de mercancías, llevando a los poblados sumerios piedras preciosas, oro, plata, marfil, especias y ganado, que cambiaban por frutas, verduras, vestidos, espadas y cuchillos. A raíz de la obtención de herramientas y del conocimiento de los metales y de las organizaciones sociales, los semitas se convirtieron en pueblos sedentarios, estableciéndose al norte de Sumeria.


Los reyes sumerios

Entre las principales ciudades de esta nación se destacaron Ur, Lagash, Kish, Eruk y Umma; ni las anteriores ni las demás existentes estuvieron unidas bajo reinado alguno durante mucho tiempo.
Pese a ello, en contadas oportunidades algún monarca intentó dominar a los pueblos vecinos, el primero de los cuales fue Mesilim, que convirtió a Kish en el principal Estado del país hacia el año 3200 antes de nuestra era. Ur-Nina también alcanzó gran poderío mientras estuvo a cargo de Lagash. Entre los más sobresalientes soberanos se encuentra también Lugal-Zagizzi, quien gobernó a Uruk y a Umma a partir del 2700 a.C. y desde allí se apoderó de toda Sumeria.
Los semitas acadios en el trono aprovecharon cuanto pudieron la cultura sumeria, empleando la escritura cuneiforme como medio para expresar los acontecimientos. En el 2500 a.C., los sometidos volvieron a imponer un mayor desarrollo y desde ese momento el imperio empezó a llamarse “Sumeria y Akkad”. Ciudades como Ur, Larsa e Isin.
Cerca de Akkad existía una pequeña ciudad sin mayor importancia, de la cual se apoderaron algunos semitas conocidos como amonitas, quienes avalados por la pericia de sus reyes hicieron crecer paulatinamente la aldea hasta convertirla en la imponente Babilonia.
En el 1798 a.C., Hammurabi empezó a gobernar a los babilonios y, como conquistador que era, se apoderó rápidamente de Sumeria y Akkad.