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La India

La procedencia

Desde el tercer milenio antes de Cristo, los fundadores de la civilización hindú empezaron a evolucionar socialmente en el entorno que habían escogido como propio. Esos hombres eran los drávidas, pertenecientes a una raza de características blancas pero con piel oscura. Sus ciudades estaban magistralmente construidas, y en ellas se empleaban las más ordenadas formas urbanísticas, de manera que sus casas, fabricadas en ladrillo, conformaban pequeños cuadrados que a su vez hacían parte de una inmensa cuadrícula.
Hacia el año 1990 antes de Cristo, las tribus arias provenientes de Rusia comenzaron a introducirse en los territorios de los pobladores del valle del Indo, a través de Irán. El idioma de los invasores era el sánscrito; poco a poco sus aficiones por la naturaleza, expresada en canciones dedicadas al Espíritu del Bosque y a la Doncella del Alba, se fueron mezclando con los viejos y altisonantes ritmos drávidas, al tiempo que sus creadores hacían lo mismo fundiendo las dos razas en una sola.
Tal vez el fruto más importante de la unión de los arios y la gente del Indo fue la introducción de las denominadas castas, que hasta hoy rigen casi en forma inalterada el orden social de los hindúes. Según la tradición, las cuatro primeras castas nacieron de Brahma, el espíritu del mundo, como una forma de diferenciación entre los hombres. Los brahmanes o sacerdotes venían de la boca de Brahma; los kshatriyas o guerreros, de los brazos; los vaisyas o comerciantes y los agricultores, de los muslos; y de los pies provenían los sudras o siervos. Las tres castas superiores correspondieron a los invasores, y la de los sudras a los dominados; existían también los célebres intocables o chandalas, considerados como inferiores a los animales.
El brahmanismo se constituyó en la forma de vida de los hindúes, permitiendo que con el tiempo adquiriera un poder superior al del gobierno. Surgieron subcastas y para ellas se diseñó una serie de reglas llamadas dharma, las cuales debían ser observadas al pie de la letra, so pena de convertirse en “intocable”.


El pensamiento religioso

Dos creencias principales surgieron para tratar de contrarrestar el poderío del brahmanismo el jainismo y el budismo. El primero tuvo como fundador a Nataputta, quien vivió entre el 546 y el 478 a.C. Esta doctrina fundamenta su religiosidad en la manifestación de amor a todos los seres y las cosas. Entre las particularidades más notables del jainismo, se puede mencionar la adhesión de los militares a sus cultos, y el hecho de que una de sus dos sectas principales, la de los digambaras, ha abandonado el uso del vestido.
Mientras tanto, el budismo —que ha alcanzado gran renombre debido a la introducción de sus dogmas en regiones diferentes a la hindú— se inicia con el nacimiento de Siddharta Gotama o Gautama en el 570 a.C. en el seno de una familia de príncipes de Kapilavastu, en Nepal. Siddharta gozó desde muy joven de su riqueza, y cuando era muy pequeño un anciano alertó al rey sobre el futuro místico del príncipe, por lo cual decidió encerrarlo en un palacio para alejarlo de las calamidades de la vida. No obstante, valiéndose de uno de sus criados, el muchacho abandonó su prisión y observó tres espectáculos que cambiaron el rumbo de su existencia un viejo inválido, luego uno inválido atacado por una penosa enfermedad y, por último, un hombre muerto.
Entendiendo que el paso por la Tierra no es tan hermoso como él lo había supuesto, Siddharta dejó su reino y se convirtió en asceta. Con el paso del tiempo, y gracias a la meditación, las viejas concepciones acerca de la pureza cambiaron en la mente del príncipe, cuando descubrió que el espíritu del hombre tendría mejor desarrollo en un cuerpo sano que en uno entorpecido por el ayuno. En ese momento pasó a ser Buda, el Iluminado.
Buda entendió que los extremos eran la peor forma para obtener la pureza del alma, y por esa razón optó por el “camino medio”, que conduce al Nirvana y a la iluminación, en la que la presencia del yo se diluye en la divinidad. Ese camino debe ser recorrido con las “Cuatro Verdades”, de las cuales la más importante es la de las “Ocho Sendas”, que consiste en la rectitud en el obrar, el decidir, el hablar, el pensar, el vivir, el esforzarse, el atender y el concentrarse.


El gobierno

En el siglo VI a.C., la dinastía aria de los Sisunaga avanza desde su asentamiento central a una zona ubicada en la parte media del Ganges; los Magadha trasladan la capital de su reino a Pataliputra —Patna—; y los Persas conquistan las colonias occidentales de la India, que 200 años más tarde pasarían a manos de Alejandro Magno, a cuya muerte surge el poder de Chandragupta Mauyra, fundador de la dinastía Mauyra, primera organizadora del imperio hindú.
El tercer monarca de esa casa, Asoka Priyadarsin, elevó la dinastía a su máxima expresión, dominando toda la India y una parte de la meseta iraní; además, convertido al budismo, celebró el concilio de Papaliputra y fundó la iglesia budista de Ceilán, punto central de la extensión de su religión a Birmania e Indochina. En el siglo I de nuestra era, los kuchanos gobiernan la India pero sólo en el 320, con la llegada de los Guptas, el imperio renace, acrecentado sus territorios y evolucionando socialmente.
En el siglo V, los saqueadores hunos eftalitas dieron buena cuenta de los tesoros del país. En el 712 llegaron al poder verdaderos príncipes con ancestro hindú, pero la confusión reinante, debida a las continuas invasiones, no permitió el desarrollo de sus mandatos.